lunes, 1 de noviembre de 2010

CARTA A CIRO GÓMEZ LEYVA (Enviada originalmente el 21 de julio de 2010)


México, D.F. a 21 de julio de 2010

C. Ciro Gómez Leyva.
Director Adjunto
Periódico Milenio

Con respecto a tu colaboración de hoy en La historia en breve, 21 de julio de 2010, Cayetano vale mucho más vivo que muerto, publicada en el periódico Milenio, no resisto decirte algunas cosas (también a Carlos Marín, que publicó, hoy también, otro engendro de periodismo de opinión, desbordante de majaderías: Secretario Blake: ¡Salve a Cayetano!).

Qué lamentables comentarios de un "periodista objetivo", como según te ostentas, Ciro Gómez. Qué lamentable es que en lugar de investigar (como periodista) el fondo del conflicto SME-Gobierno y, principalmente, la legalidad del mismo, te obstines en escribir por consigna, de forma inmoral y sin un atisbo de imparcialidad...

Resulta increíble, por no decir vergonzoso, que tú –que viviste los atropellos del Poder—, ahora seas el principal ariete de quienes pisotean la ley y los derechos colectivos (en este caso de los electricistas), y te olvides de lo que alguna vez (espero que así haya sido) estudiaste en un aula universitaria: ¡el valor de las fuentes! ¿Cuáles son tus fuentes, Ciro? ¿Cuáles los documentos que has revisado y contrastado con otros para respaldar tus dichos?

Las explicaciones de un Subsecretario de Gobernación (Roberto Gil) o las consignas de un líder sindical (Martín Esparza), no son suficientes para establecer un criterio o una hipótesis equilibrada sobre la solución de un conflicto como el que vive el SME. ¡Investiga! ¡Ahonda! ¿No es el propósito del periodismo? Sería bueno que mencionaras en qué Ley o Reglamento se establece la imposibilidad de la figura del Patrón Sustituto para los electricistas, si su materia de trabajo aún persiste.

¿Acaso los electricistas vendían libretas de apuntes para periodistas omisos o jabones para lavarse la boca? No, verdad. Trabajaban en la INDUSTRIA ELÉCTRICA, perfectamente regulada y protegida por un sinnúmero de leyes (que tú conoces bien ¿O no?) que se escribieron en otro momento menos oprobioso que el actual y por hombres íntegros. ¿Por qué no las citas y analizas en tus entregas, así “en breve”, como tu columna?

¿Cuándo vas a ir, tú a realizarle una entrevista a Cayetano Cabrera? Sin ser abogado, ni periodista, él (¡Que es ingeniero!) podría explicarte de forma muy sencilla, la legalidad de su protesta, así como de sus demandas. Quizá puedas encontrar en él una muestra de lo que pocas veces se alcanza a ver desde las Direcciones Editoriales.

Por otro lado, que no comulgues con la lucha electricista es absolutamente respetable y legítimo, así como bienvenida y necesaria es la crítica documentada y nítida que podrías hacer ¿Por qué no lo has hecho? ¿No tienes tiempo, no puedes o hay otros temas más importantes? Si es así, entonces no escribas sobre algo que no sabes, o que –según tu óptica—no vale la pena y, por lo tanto, no tienes voluntad de investigar a fondo.

¿Desde cuándo un fenómeno social como el de los electricistas se puede abordar desde una oficina o desde una sala de juntas de directores editoriales, sin salir a las calles a consultar a los protagonistas? Por lo que se ve, trabajas todo el día, entre cuatro paredes. ¡Date una vuelta por las calles! Acude al Zócalo de la Ciudad de México (no creo que un periodista necesite guaruras o escoltas de seguridad) y, te aseguro que cualquiera de los trabajadores apostados sobre la plaza, podrían darte mucha información. Investiga, cuestiona, observa, o… ¿Ya se te olvido el oficio?

Descontextualizar parece que es el objetivo de tu entrega del día de hoy (que no es la única). Ese no es periodismo, es afrenta, es injuria. ¡No seas sucio! Para escribir sobre algo tan delicado como la Huelga de Hambre del SME, es necesario estar ahí, documentarse y ser honesto. Antes de morir, hace algunos años, el PERIODISTA Ryszard Kapuscinski, dijo que "Los cínicos no sirven para este oficio", y creo que entre tú y Carlos Marín han convertido al periódico Milenio en un lavadero, un pasillo del chisme, la vulgaridad y la ignominia. ¡Qué lástima!

En tu artículo mencionas que “Ninguna autoridad puede aceptar que se imponga la lógica del suicidio”, sin embargo, lo que tú llamas “suicidio”, otros lo pueden entender como dignidad o convicción. Puede ser discutible, pero así es, así lo viven, así lo creen. Pero eso sí, a nadie le piden permiso o “autorización” para manifestarse, porque es un derecho. Por eso, insisto, ve a conocer al Ingeniero Cayetano y a sus compañeros y sabrás que las liquidaciones que ofrece el Gobierno (así fueran al doble) no sustituyen a la ley, al menos para los trabajadores que resisten hoy. El dinero no lo es todo. Por eso el “carácter” y la “objetividad” se confunden con la obediencia y la aprobación palaciega, por lo menos eso se percibe al abrir las páginas de Milenio Diario y, muy en especial, en su cobertura del asunto SME.

Ciro Gómez, concluyes tu artículo de hoy con la frase: “En una lucha larga, más que mártires, hacen falta inteligencias y voluntades”. Nada más arriesgado y propositivo para ti mismo, que eres Director Adjunto de un periódico de circulación nacional. Entonces, pon el ejemplo. ¡Vamos, realiza una investigación seria sobre el caso LyFC y escríbelo, transmítelo! Muchos de quienes te leen, te escucha y te ven (impresionante posicionamiento) volverían a confiar en ti, y dejarías de ser sólo “el que lee las noticias”, o el que sale a golpear mediáticamente a quien discrepa del poder presidencial.

Yo qué te puedo enseñar, verdad, pero te sugiero, para que tu audiencia entienda mejor la situación del SME, a que en alguno de tus espacios, por lo menos, des lectura a la Cláusula 115 del Contrato Colectivo de Trabajo, firmado entre LyFC y el SME –sé que de inmediato gritarás (como acostumbras): “…pero si Luz y Fuerza está extinta!—; si te quedan dudas, entonces puedes leer el Artículo 41 de la Ley Federal del Trabajo, donde se habla de la sustitución patronal.

Si crees (como Roberto Gil) que una salida al conflicto es la creación de empresas de Outsourcing o cooperativas formadas por los “ex trabajadores” y que ellos mismos las administren (asunto que la convierte en empresa privada, porque los trabajadores no son el Estado), estarías proponiendo (¡¡Como lo ofrece el gobierno!!) que se violara la ley, en este caso la ley fundamental, ¡La Carta Magna! Si no lo crees, entonces tendrías que leer el Artículo 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en donde se prohíbe la concesión del servicio público de energía eléctrica a empresas privadas.

Entonces, Ciro Gómez ¿De quién es el dilema? ¿Quién está mal? ¿Los trabajadores que piden se aplique el marco normativo de la industria eléctrica y la legalidad laboral o el Gobierno de Felipe Calderón que liquidó la empresa LyFC de manera desaseada? ¿Qué vas a decir? ¿El marco legal que acabo de citar no es suficiente? ¿Acaso estas leyes están caducas y son inaplicables? ¿A quién corresponde darles aplicación?

Argumentar (como lo hace Roberto Gil) que el Gobierno tendría un problema mayor si se aplica la figura del Patrón Sustituto para los electricistas que no se han liquidado y que se regresaría a la situación anterior a la extinción de Luz y Fuerza del Centro, además de ser una gran mentira, es un asunto que no es responsabilidad de los trabajadores. Y si así lo crees, entonces, cabe la pregunta cándida: ¿Se liquidó una empresa deficitaria o se quiso exterminar un sindicato indócil? Lo primero es factible, si se hubiera seguido el procedimiento administrativo correspondiente (cosa que no se hizo), pero lo segundo, legalmente, no es posible.

Ciro Gómez, insisto, hacer creer al pueblo de México que las acciones del SME son absurdas, desproporcionadas e ilegales, es como decir que las leyes que acabo de citar tienen el estatus de una fotonovela o una historieta de dibujos animados, es decir, su observancia es prescindible. Léelas, de veras. Si después de hacerlo, sigues pensando que tu "periodismo con Carácter" está bien hecho, entonces sí, efectivamente, ¡México está perdido!

Para ver el Artículo de Ciro Gómez Leyva: http://impreso.milenio.com/node/8803043

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